La crueldad y
la capacidad de infligir el dolor a otros,
particularmente a seres indefensos e
incapaces de desquitarse, no es asunto
trivial.
La crueldad hacia los animales, en niños, es
un precursor de comportamientos crueles,
criminales o violentos --- cuando ellos
crecen.
En su contribución clásica a la literatura
de la psicopatía: Deviant Children Grown Up,
la eminente socióloga y Profesora de
Psiquiatría de Washington University, Lee N.
Robins, considera la crueldad hacia los
animales a una edad temprana, como una
característica ominosa. (Véase mi artículo:
Serpientes Disfrazadas de Seres Humanos y El
Experimento de Milgram este último
disponible en mexicoglobal.net).
La historia
En el 1806. Phillipe Pinel desarrolló el
concepto diagnóstico de “manía sin delirio”,
hoy considerado como el precursor del
trastorno antisocial de la personalidad, que
hemos estudiado en varias otras lecciones.
En su artículo seminal Pinel introduce dos
viñetas clínicas. Uno envolvería a un hombre
que demostraba agresión extrema hacia
animales y personas y quien al final mataría
a otro hombre.
Varios famosos, asesinos de masas, y
homicidas múltiples fueron notorios, de
niños, por su capacidad de ser crueles
contra los animales.
La importancia y el respeto del hombre
del paleolítico por los animales
Un artículo reciente por Johnson Becker
describe nueve casos de adolescentes con
fantasías sádicas prominentes, quienes
admitieron soñar con la exterminación masiva
de personas desconocidas. (Véase mi artículo:
La autoestima, la dignidad, el auto-respeto
y lo que arruinamos cuando los comprometemos…
en Psikis y monografías.com).
Otros muchos casos abundan en los que se
documenta la asociación de la crueldad
contra animales y la agresión contra seres
humanos.
En un estudio, llevado a cabo en Suiza, que
estudiara adolescentes de 18 años de edad se
confirmó la concordancia entre trauma
temprano en la niñez y fantasías sádicas y
crueldad posterior.
Aquí se encuentra la primera indicación de
que la violencia está programada en nuestros
cerebros, como módulo latente, para ser
movilizada si algo nos amenaza.
Ese algo, puede ser la falta del afecto que,
a una edad temprana, el ser humano
críticamente requiere para su desarrollo.
Cuando un niño se siente desdeñado y sufre
el dolor de la falta de solicitud y amor
proveniente de sus padres --- como ser
indefenso que es, puede recurrir a
empatársela usando de víctimas otros que
sean o más pequeños o más indefensos que él.
En este caso, un animal o un niño más joven
satisfarían el requerimiento.
Volviendo a los animales.
Lo importante aquí es el hecho de que si es
cierto que la crueldad contra animales se
acepta por muchos, como un criterio
necesario para establecer la categoría de
Trastorno Antisocial de la Personalidad; la
asociación entre estos comportamientos
crueles y este trastorno de la personalidad
no se ha establecido. Sin embargo, la
evidencia clínica es abrumadora a favor de
que los psicópatas no son santos de pequeños,
ni con los más pequeños que ellos --- muy de
lo contrario. (Véase: Association Among
Cruelty to Animals and Sociopathic Traits
por M. Dadds).
En los años 1980’s numerosos investigadores
conducirían muchos estudios que demostrarían
una historia de crueldad a animales
consistente con una tendencia posterior de
agresión hacia humanos.
El más definitivo de todos los estudios
sería el que condujeran Kellert y Felthous
quienes entrevistaron los hombres más
violentos dentro de un sistema penal ---
específicamente, aquéllos cuyo
comportamiento homicida y brutal persistiera
dentro de la misma prisión.
Los resultados finales demuestran en gran
detalle que la agresión temprana,
especialmente contra los animales, se
correlaciona y predispone a las personas a
ser violentos. (Véase: Animal Cruelty and
Psychiatric Disorders por R. Glaser).
Entonces: ¿dónde quedamos? ¿Es todo --- este
--- malentendido fenómeno, algo que todos
pretendemos entender sin lograr?
Hitler y Blondi… El canino queda al frente
en esta foto…
Nos referimos al sadismo, por supuesto…
Pensemos de esta manera. Cuando nos
detenemos a reflexionar en los
comportamientos humanos tenemos varias
fuentes de referencia para guiarnos:
• La religiosa o teológica, que nos indica
que Dios nos creó. Separó temprano el bien
del mal y que nos dejaría a la merced de
nuestro libre albedrío para ganar o, para
perder nuestras almas.
• La filosófica, que nos indica que nuestras
tendencias y nuestros comportamientos son
sujetos al escrutinio ético como principios
básicos que nos dirigen. La maldad, por
supuesto, y, por todos reconocida, se
excluye como anatema a la constitución
balanceada y armoniosa del ser humano ---
aunque Dios haya muerto todos lo dudan. (Véase
mi ponencia: El Zelota Como Mensajero del
Mal: Dios ha Muerto… y Nietzsche, ¿De qué
Murió?)
• La psicológica. Esta última que se
sobrepone en sus confines con la filosófica,
explica nuestras tendencias como un conjunto
de pulsiones derivadas de la interacción de
nuestros instintos básicos moldeados por
nuestras experiencias dentro de nuestro
entorno.
• Y, la que aquí nos interesa; la de la
neurociencia, que intenta explicarnos
nuestros comportamientos como resultados de
las actividades de nuestros tres cerebros
actuando en harmonía y, a veces en conflicto
--- lo último añadido por nosotros.
Lo cierto es que desde que nuestra especie
adquiriera conocimientos acerca de la
posibilidad de devengar beneficios por
nuestra asociación con plantas y animales;
una alianza se forjaría entre todos.
Comenzando con el cultivo de la apicultura
hace unos trece mil años y la domeña del
gato, hace unos cuatro mil.
Las expresiones artísticas abundan, desde el
neolítico hasta la era de los faraones,
ensalzando la importancia de nuestros
semejantes que de, habla, carecen.
1307 AC un gato arreando gansos en Egipto
La Biblia no falla, entre otros textos ---
incluyendo las famosas fábulas de la
antigüedad, repletas de mensajes con
moralejas --- de indicarnos que aún los
animales poseían facultades que los hicieran
especiales entre nosotros --- tanto así, que
aun San Francisco los considera hermanos ---
y, sin ir más lejos, Blondi, el perro del
Führer, Adolf Hitler, recibiría en vida más
prerrogativas que toda una raza de seres
humanos.
Entonces quedamos perplejos ante la
inmensidad de la tarea de explicar la
crueldad hacia los animales y --- el porqué
del sadismo.
Leamos una recopilación breve del origen de
este término nefasto y de quien lo originara.
Todos sabemos --- o creemos saber de quién
se trata --- cuando del sádico hablamos ---
porque de quien, sin duda, lo hacemos, es
del Marqués de Sade
El Marqués de Sade
(Donatien-Alphonse-François, marqués de Sade;
París, 1740-Charenton, Francia, 1814)
Escritor y filósofo francés. Conocido por
haber dado nombre a una tendencia curiosoual que
se caracteriza por la obtención de placer
infligiendo dolor a otros (el sadismo), es
el escritor maldito por antonomasia.
De origen aristocrático, se educó con su tío,
el abate de Sade, un erudito libertino y
volteriano que ejerció sobre él una gran
influencia. Alumno de la Escuela de
Caballería, en 1759 obtuvo el grado de
capitán del regimiento de Borgoña y
participó en la guerra de los Siete Años.
Acabada la contienda, en 1766 contrajo
matrimonio con la hija de un magistrado, a
la que abandonó cinco años más tarde.
En 1768 fue encarcelado por primera vez
acusado de torturas por su criada, aunque
fue liberado al poco tiempo por orden real.
Juzgado y condenado a muerte por delitos
curiosouales en 1772, consiguió huir a Génova.
Regresó a París en 1777, donde fue detenido
a instancias de su suegro y encarcelado en
Vincennes.
En 1784 fue trasladado a la Bastilla y en
1789 al hospital psiquiátrico de Charenton,
que abandonó en 1790 gracias a un indulto
concedido por la Asamblea surgida de la
Revolución de 1789. Participó entonces de
manera activa en política, paradójicamente
en el bando más moderado.
En 1801, a raíz del escándalo suscitado por
la publicación de La filosofía del tocador,
fue internado de nuevo en el hospital
psiquiátrico de Charenton, donde murió.
Escribió la mayor parte de sus obras en sus
largos períodos de encierro. En una de las
primeras, el Diálogo entre un sacerdote y un
moribundo (1782), manifestó su ateísmo.
Posteriores son Los 120 días de Sodoma
(1784), Los crímenes del amor (1788),
Justine (1791) y Juliette (1798).
Calificadas de obscenas en su día, la
descripción de distintos tipos de perversión
curiosoual constituye su tema principal, aunque
no el único: en cierto sentido, Sade puede
considerarse un moralista que denuncia en
sus trabajos la hipocresía de su época. Su
figura fue reivindicada en el siglo XX por
los surrealistas. Indicando que el tiempo
todo lo hace sanar sino olvidar, como O. J.
Simpson lo confirma. (Adaptado de Wikipedia
en español).
Prosigamos con nuestra tesis
El sadismo, hoy se aplica como concepto de
manera muy libre; como aberración curiosoual o
como crueldad contra quienes son indefensos.
Desde el punto de vista curiosoual se considera
una parafilia sin la sanción del
DSM-Etcétera.
Pero, tal vez es algo más y algo diferente a
la vez.
Cuando fuéramos concebidos, desde el
principio de nuestra vida incipiente; un
balance de neurotransmisores, impulsos
genéticos y entorno intrauterino laboraron
al unísono para que, con la ayuda provista
por una mamá saludable y deseosa, facilitar
el proceso azaroso de nuestra entrada en
este mundo. Las magnificencias y las
complejidades de este mismo proceso hacen al
más escéptico entre nosotros asombrarse ante
la invisible presencia de un Organizador,
como ente. (Véase mi artículo: El Nacimiento
del Ser Humano: Diseño Erróneo de la
Naturaleza en monografías.com).
Luego de haber nacido, nuestros instintos
actúan para orientarnos a persistir en un
mundo donde existimos como seres
dependientes al grado extremo.
Nada queda al azar. Una cascada de hormonas
y neurotransmisores aseguran de que nuestra
madre se vincule afectivamente a nosotros y
que nos facilite la progresión del
narcisismo primario al secundario --- todo
en un proceso de evolución genética
programada.
Nuestras dependencias aseguradas y nuestras
necesidades saciadas, vemos al mundo de un
modo optimista bajo el cariño de una mamá
que nos satisface mientras que a la vez nos
frustra --- como debe --- de acuerdo a D. J.
Winnicott --- toda buena madre de hacer.
Pero, ¿qué sucede cuando nuestras
necesidades básicas nunca se llenan? Cuando
tenemos hambre y ésta no se sacia, cuando
lloramos por tristeza o dolor y nadie nos
consola. Entonces el ego cesa de
desarrollarse para vivir en sociedad y
empieza una progresión solipsista hacia una
identidad egocéntrica --- una que se define
como un espejo: por la capacidad de infligir
y de cultivar el dolor como medio de control
--- el propio; y el de los demás.
Si hemos examinado en otras ponencias El
Señor de las Moscas. Aquí describimos El
Señor del Dolor. (Véase mi artículo: El
Experimento de Milgram en mexicoglobal.net). En
ésta debemos aplicar esos conocimientos
derivados. (Véanse mis ponencias: El Zelota
Como Mensajero del Mal y El Síndrome de la
Deficiencia Gratificante del Cerebro).
El Señor del Dolor es un ser narcisista
codependiente en la relación especial que,
con su cohorte en el dolor, desarrolla para
vivir de la afirmación que el sufrimiento le
garantiza, como método de control.
Nada es heroico viviendo en esta miseria…
De pequeño, presenciar el sufrimiento de los
más débiles y hacerlos sufrir, para
atravesar el sendero de la vida repitiendo
lo mismo. Para al final lograr una
definición imprecisa y tenue de un ego cuyos
límites permanecen en vaivén. (Véase mi
artículo: El Caso de Dino “El magistrado”…
en monografías.com).
La neurociencia, sólo nos revela el
potencial que para el bien y el mal todos
acarreamos y quizás nos ofrezca atisbos en
cómo enjaezarlos --- algo que, para algunos
obtener es difícil.
Sumisión o bondage…
Una breve exposición clínica ilustra los dos
lindes de la misma vía que consiste en el
otro lado de la moneda, el llamado
masoquismo.
Una paciente de muchos años se queja de que
su amante se ausenta, retorna, pasan una
“luna de miel” de unos días; para volver a
dejarla otra vez.
La llamada luna de miel es, en realidad, un
infierno ya que entre hacer el amor --- y
las escenas causadas por recriminaciones por
eventos pasados --- todo se resume como un
sufrimiento que mi paciente deseara no
repetir, pero que no puede soslayar ---
aunque mucho lo desee.
Por su parte el amante desaparece por unos
meses para retornar a vivir el drama
ininterrumpido de lo que él, un
psicoanalista, aptamente ha designado: “El
sadismo y masoquismo de nuestro amor” --- en
paráfrasis a la obra clásica del precursor
en la curiosología, el memorable, Havelock
Ellis.
Pero en este caso las dinámicas son muy
claras. Entre ellos existe una codependencia
de índole narcisista en la cual se
representan los dramas de las vidas que de
pequeños ambos vivieran.
En el abandono y en la reunión, con todas
sus miserias asociadas, el ego de cada quien
se reabastece con el placer que el dolor les
produce. (Véase mi artículo: Automutilación:
La “Cirugía” Plástica del Neolítico que
Sosiega el Ego en Psikis).
En efecto, ya entendemos, que el sadismo y
el masoquismo son defensas existenciales
programadas para evitar el dolor ---
sintiéndolo --- para lograr su control.
Así funcionan nuestros tres teatros del
cerebro como Damasio enseñara. (Véase:
Looking for Spinoza por A. Damasio).
Bibliografía
Suministrada por solicitud.
Dr. Félix E. F. Larocca
f.larocca@codetel.net.do
Un
Agradecimiento muy especial al Dr. Félix
E. F. Larocca por su colaboración con este portal y sobretodo
por el contenido tan bien realizado
esperamos sea de gran ayuda a la
juventud de Hispanoamerica .
Descarga toda la monografia |
Monografias |