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Luego de haber decidido qué tipo de
ceremonia matrimonial se hará, la pareja deberá elegir
entre: una boda íntima con unos cuantos familiares y amigos,
una boda familiar con la presencia de los parientes más
cercanos, una boda multitudinaria con la presencia de muchos
invitados o una boda con una cierta cantidad de invitados
(familiares y amigos).
Generalmente, esta decisión depende
del presupuesto que la pareja haya destinado a la
celebración de la boda.
Una boda siempre implica una significante inversión. Por
ello, es muy importante que las parejas que deciden casarse
abran una cuenta de ahorros exclusivamente para la
celebración del matrimonio.
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En algunos casos, los
novios, si
ambos trabajan, suelen aportar a una cuenta bancaria una
cierta cantidad de dinero cada mes. En otros casos, son los
padres quienes se encargan de financiar los
gastos de la
boda.
El siguiente paso es acordar y separar la fecha del
matrimonio, así como el lugar donde se llevará a cabo la
ceremonia religiosa o civil. No se le ocurra dejar para el
último, la búsqueda del lugar donde se va a celebrar la
fiesta de boda. El salón de recepción debe ser reservado con
antelación.
Es necesario que ambos integrantes de la pareja participen
en las decisiones en torno a la
celebración del matrimonio.
Algunos hombres creen que son las mujeres las únicas que
deben encargarse de todos los detalles. Sin embargo,
organizar una boda no es nada sencillo y contar con el apoyo
del novio es de suma importancia, incluso cuando se trata de
elegir el vestido de novia.
Si bien el hombre no debe preocuparse mucho por su atuendo
(terno), las mujeres encuentran más difícil la elección de
su vestido. Además, la confección y los materiales del
vestido dependen del presupuesto con el que se dispone. Para
ello, se recomienda que la novia visite tiendas de vestidos,
busque modelos en revistas y en
Internet.
Recuerde que
además del vestido, la novia deberá comprar zapatos,
lencería y joyas, así que no debe comprar un vestido muy
costoso.
Tener un presupuesto para la celebración de la boda le
permitirá decidir de acuerdo a su capacidad de gasto. Es
decir podrá elegir los aros matrimoniales, el buffet, la
torta, las bebidas, la música, la filmación, las
fotografías, los recuerdos a precios adecuados.
Estas acciones pueden realizarse con seis o tres meses
previos a la boda. Faltando dos meses para la celebración
pueden comenzarse a repartir las tarjetas de
invitación a la
boda. De esta manera, los invitados podrán programar su
asistencia y también encargarse de la compra del
regalo de
bodas.
En el cuarto mes también se recomienda que los novios
escojan entre sus amigos a quienes serán sus testigos en
ambas ceremonias. Lo más probable es que a estas alturas,
los novios sepan cuánto dinero les queda para organizar su
luna de miel. Algunas parejas prefieren invertir más dinero
en su luna de miel que en su
fiesta de bodas.
Otras
prefieren organizar una gran fiesta y reservar una
habitación de hotel para su luna de miel. Todo depende del
presupuesto de los novios.
Al quinto mes se debe adquirir los
recuerdos de la boda, que
consisten en pequeños regalos recordatorios que hace la
pareja de novios a sus invitados por haberlos acompañado en
un día tan importante.
Durante este mes también se
recomienda escoger a las personas que pueden brindar el
servicio de peinado y maquillaje en la casa de la novia el
día de la boda.
Finalmente, en el sexto mes, la pareja deberá supervisar el
cumplimiento de los servicios contratados y todos los
detalles programados. De esta manera garantizará el éxito de
fiesta de boda inolvidable.
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